Cuentan los viejos del lugar, que hace muchos, pero muchos años, había gente que creía en la posibilidad de vida en otros mundos. Al principio hablaban de sus inquietudes sobre esa posibilidad de vida extraterrestre a través de unos "aparatos" enormes (nada que ver con los móviles actuales), eran Emisoras de Radioaficionados.
Cada día eran más y más los que se animaban a contar sus creencias o ideas sobre lo que se conocía ya como "El enigma numero uno de la ciencia moderna" (Ufología).
Con el tiempo, un buen día, algunos de ellos se animaron a conocerse personalmente y de esas reuniones tras una taza de café, se decidió un buen día, tomarse el fenómeno algo más en serio y crear para ello una grupo de "investigación" llamada G.R.U.E. (Grupo de radioaficionados ufológico de Euskadi).
Ahora desde esta sección, estáis invitados a contar vuestras historias CEBOLLETAS.
Nos leemos

jueves, 29 de marzo de 2012

OVNI en El Paramo de Masa

Esta es la historia de mi único avistamiento OVNI, he visto muchas cosas en el cielo y esta es la única a la que no la encontré explicación.

Fue en el verano del año 1990 o 1991 (no lo recuerdo bien) y hasta el lugar del avistamiento se llegaba por una larga pista parcelaria.

Esto era en el lugar conocido como el Páramo de Masa (provincia de Burgos) y el lugar exacto es algo difícil de describir, pero llegando al pueblo de Villalta (pueblo abandonado en aquellos años) se tomaba un desvío hacia el pueblo de Padrones de Bureba.

Pues por ahí en medio de la nada y a unos 8 kilómetros de la carretera asfaltada más cercana, llegamos Eduardo (Comando) y yo en mi SEAT Ronda sobre las 12 de la noche.

Era la típica noche estrellada que podemos ver en Burgos, era verano y con una temperatura muy agradable.

Llevábamos un pequeño telescopio con su trípode y bien de paquetes de tabaco, yo hace ya unos años que no fumo, pero de aquellas era un chavalín de veintipocos años y el tabaco no podía faltar.

Saqué la típica manta verde de cuadros del coche y la puse en el suelo.

Al callarnos el silencio era total y solo lo rompían los grillos nocturnos de vez en cuando.

Nos cansamos de ver estrellas fugaces, satélites y algún que otro avión con las luces parpadeantes.

Sobre las 2 de la madrugada Eduardo estaba mirando por el telescopio y yo estaba tumbado el la manta mirando fijamente al cielo y entonces lo vi.

Eran tres luces (supuestamente los vértices de un triángulo equilátero) que se movían muy pero que muy despacio y a la vez.

Supuestamente estaban unidas, ya que su movimiento era al unísono y su velocidad anormalmente reducida.

La distancia más o menos a la que estaban las luces, era más o menos a la que estarían en un avión cuando despega de Loiu y pasa por encima del Abra.

Pero desde luego allí no se oía el menor ruido de ningún avión y desde luego la velocidad era infinitamente menor.

Un avión de los que vemos volar a 10000 metros de altitud, tarda en perderse de vista unos dos o tres minutos, mientras que estas tres luces las estuvimos viendo casi media hora.

Avanzaban constante pero muy lentamente y en la misma dirección (aproximadamente de norte a sur)
Como digo, si lo tuviera que comparar con algo en tamaño y velocidad, lo haría con un avión convencional que volase a una altura de unos 1500 metros de nuestras cabezas y que fuese a una velocidad de unos 100 Km/h.

Desde luego las luces formaban los vértices de un perfecto triángulo equilátero y estaban fijas.

La luminosidad de cada vértice era igual a una estrella normal y corriente, por lo que lo vi por pura casualidad al estar en la manta tumbado mirando al cielo.

Fue imposible localizarlas por el telescopio, ya que en cuanto las perdías un segundo de vista (con los ojos) era casi imposible el volver a localizarla

No hay comentarios:

Publicar un comentario