JosebaMar 30, 2012 12:29 PM
EL INICIO EN LA INVESTIGACIÓN PSICOFÓNICA
Corría el año 1989 cuando por el canal 10 (27075 MHz) de la Banda Ciudadana, se empezaba a cocinar el hablar de todos estos temas “paranormales”.
Tendría que hacer memoria y seguro que me dejaría a mucha gente en el tintero, pero como éramos varios los santurtziarras que modulábamos en dicho canal, empezamos a movernos en la primavera del año 1989.
El cabecilla era Juan Carlos (Aixerrota) dado que trabajaba por las noches recorriendo Santurtzi en su camión y acababa la faena sobre las 4 de la madrugada.
Tenía también un compañero de trabajo (Javi, de QRZ Boa) que también se apuntaba a un bombardeo y lo acabamos de rematar con Rafa (Garras), que dada nuestra juventud, no nos asustaba nada.
Una noche al acabar Juan Carlos y su compañero Javi de currar, nos acercamos hasta Kabiezes Rafa y yo, con la intención de hacer nuestra primera psicofonía.
El Camposanto estaba muy cerca y decidimos que ahí era un buen sitio para iniciarnos en el tema psicotónico.
Cumplimos las normas para hacer una psicofonía, que era usar una cinta de cassette virgen solo por una de sus caras, un magnetófono grabador y un micrófono exterior con el cable bien largo, para que no grabe el arrastre del mecanismo del magnetófono.
¿Dónde ubicamos el grabador? Javi que era un echao pa lante, saltó una pequeña tapia, puso el magnetófono encima de un panteón e inició la psicofonía con una pregunta a los moradores del Más Allá.
Calculamos más o menos la media hora que duraba la cara del cassette y Javi volvió a por todos los trastos.
Para escuchar la grabación la teníamos que reproducir en el radio-cassette del camión y como era de esperar no salió nada de nada raro, salvo algún ladrido que otro de perro en la lejanía.
Teníamos otra cinta virgen y decimos hacer otra psicofonía, pero esta vez en la misma reja de entrada del Camposanto.
Volvimos a cumplir las normas y dejamos otra media hora de grabación.
A la hora de escuchar lo grabado, más de lo mismo, todos al camión a ver que se oía.
Llevábamos el mismo camino de antes y zassssssss, apareció algo.
Después de escucharlo más de veinte veces con la calidad de un radio-cassette de los años 80, creímos oír todos, HOLA.
La primera vez que hacíamos una psicofonía y al segundo intento …….. toma ya.
Nos fuimos para casa en torno a las 6 de la madrugada y yo me llevé la cinta de cassette para escucharla en casa detenidamente en mi equipo de música.
Con los auriculares puestos se me pusieron los pelos de punta, era tan distinto el escuchar la psicofonía en mi casa, que parecía que era otra grabación.
Lo malo era lo que decía en un tono algo amenazador, FUERA.
Esa frase se estuvo escuchando por el canal 10 durante semanas y esto era solo el comienzo de una larga pesadilla, al menos para mí.
Seguimos con la historia .....................
Como bien digo anteriormente dejamos un poco aparcadas las psicofonías, pero la primera ya estaba hecha y era emitida muy frecuentemente por mi emisora de radio-aficionado a las ondas hertzianas.
Al principio fue para pedir la opinión de los radio-escuchas, para saber qué es lo que ellos escuchaban en esa psicofonía.
Pero no fue hasta muchos meses después, cuando asocié cosas negativas con la escucha de dicha psicofonía.
Yo en casa solo tenía una pequeña antena de radio-aficionado en la ventana de mi habitación, la cual solo me permitía escuchar, ya que vivía en un barrio alejado del centro urbano y con muy mala cobertura con dicha antena.
Por lo que por regla general, yo me subía a modular al monte Serantes (en Santurtzi), bien a la zona baja (la curva de encima del Bullón), a la zona media (zona de Las Cárceles) o a la zona alta. (zona del fuerte o subía hasta el repetidor)
Una de mis primeras incidencias fue el tener la rueda delantera derecha y la rueda trasera izquierda de mi coche pinchadas a la vez.
Subí hasta Las Cárceles sin ninguna novedad y allí estuve cerca de tres horas en solitario.
Fue al arrancar para bajar al pueblo (serían las 3 de la madrugada) cuando al andar los primeros metros me di de cuenta del percal.
Puse la mía de repuesto y subió el amigo José Ángel (Fura) a dejarme la rueda de repuesto de su coche.
Lo más curioso fue al otro día al llevar las ruedas al taller, estaban solo deshinchadas y no pinchadas.
Os puedo asegurar que en pleno monte no había nadie y menos que me deshinchara las ruedas conmigo en el coche y con la ventanilla abierta todo el rato.
Otra vez se me cayó el motor del coche (literalmente) y se quedo sujeto por la barra de la palanca de cambios.
El puente que sujeta el motor (que es lo que se soltó) llevaba cuatro tornillos gordos delante y otros cuatro tornillos gordos detrás.
Pero lo más llamativo es que esos tornillos llevaban todos unas chapas de seguridad remachadas contra una cara del tornillo, precisamente para que estos no se aflojen.
Para quitar esos tornillos habría que enderezar las chapas y así poder meter una llave en la cabeza del tornillo, pero las chapas estaban todas en su sitio y los ocho tornillos sueltos.
Y no digo flojos, sino todos los tornillos sueltos del todo y el puente suelto.
El mecánico no pudo darle explicación a esta avería y yo tampoco.
Pero la más gorda sucedió la noche del 24 de Junio del año 1990, noche en la que teníamos y participábamos en la Alerta OVNI.
En mi coche estábamos cubriendo la Alerta desde el monte Punta Lucero (Zierbena) el amigo Juan Ángel (QRZ: Victoria) y yo.
Subimos en torno a las 8 de la tarde, provistos de bokatas, agua, prismáticos y aparte de la emisora de 27 Mhz, teníamos un walkie talkie de 2 metros.
Para los no entendidos no es un walkie talkie enorme, sino un walkie talkie de la banda de 144 Mhz, conocida por 2 metros.
Subimos y aparcamos junto a los cañones de la antigua batería costera, casi en el vértice geodésico del monte, vamos, que no se podía llegar más allá con un coche.
Todo transcendió sin el más mínimo problema hasta más o menos las 4 de la madrugada.
Desde donde estábamos podíamos ver un tramo de la carretera de acceso al monte y sobre esa hora vimos los faros de un coche que subían hacia arriba.
No le dimos más importancia, ya que eran cientos de personas los que estábamos conectados a través de las emisoras y muchos sabían de nuestra presencia en dicho monte.
El caso es que 20 minutos más tarde empezamos a oír voces y movimientos a unos 200 metros de donde nosotros estábamos.
No acercamos sigilosamente y comprobamos que un Ford Fiesta estaba intentando subir la pendiente de hierba que daba acceso al alto del monte.
Pero con el rocío de la noche el coche patinaba y les era imposible subir, pero había gente empujando el culo del coche y aún así no pudieron avanzar.
Lo que nos dejó blancos es que tenían una escopeta recortada y parecía que habían robado el coche.
En seguida dimos la alerta por la emisora, pero estábamos a unos 5 kilómetros del barrio de La Cuesta (en Zierbena) y era una carretera (más bien pista) totalmente llena de piedras y en muy mal estado.
Hubo gente que desde casa avisó a la Ertzaintza y en nuestra desesperación (escuchando por el talkie a la Ertzaintza) de que las autoridades no sabían ni como se accedía al monte, tuvimos que hablar por el talkie directamente con la Ertzaintza con el consiguiente asombro de ésta.
Como os podéis imaginar, escondí la emisora, quité la antena, cerré el coche y Juan Ángel y yo no alejamos del coche solo con el talkie en la mano.
Vigilando en todo momento los movimientos de los "visitantes", no vaya a ser que les diera por subir andando los aproximadamente 100 metros que les separaban de nosotros.
Al final se metieron el su coche y se largaron por donde habían venido, regresando nosotros nuevamente al coche y dando la noticia a los demás radio-aficionados.
Al final subió la Guardia Civil aproximadamente hora y media después de haber dado el primer aviso telefónico, nos dijeron que no les habían cogido, pero que habían encontrado el coche el El Calero (un paraje enclavado entre Santurtzi y Zierbena).
Por aquí habían tirado algo los "visitantes" y debía de tener que ver con algún robo, así que os podéis imaginar a lo que estuvimos expuestos esa noche.
Por supuesto que ese noche habíamos puesto la psicofonía un montón de veces y como os digo al final era ir atando cabos ........... cada vez que reproducía esa psicofonía desde el auto-radio de mi coche y lo emitía a través de la emisora, pasaba algo malo.
Unos días después de la movida en la Alerta OVNI de
junio del año 1990, aparece en el canal 10 un tío que al menos a mí, me hará
revivir otra vez con fuerza es tema “paranormal”.
Era Eduardo, conocido en la radio-afición por el QRZ de Comando.
Juan Carlos ya le conocía anteriormente y me había hablado mucho de él, pero vivíamos en el mismo barrio y justo me quedé unos meses en el paro, por lo que las investigaciones “paranormales” en todos los sentidos eran diarias.
Eduardo se apuntaba a un bombardeo, lo mismo le daba ir al Páramo de Masa, qué a Otzate ó al fin del mundo si era necesario.
Pero lo más importante, me enseñó a hipnotizar y a consecuencia de ello descubrimos muchas cosas.
Con Eduardo tuve el famoso avistamiento OVNI del Páramo de Masa, con él estuve la primera vez en Otzate (que nos costó Dios y ayuda encontrarlo) y en la ermita que está encima de Otzate.
Era increíble como controlaba de todo el tío, sobre todo del mundo Templario.
Aún recuerdo en la ermita de Borgondo (encima del pueblo de Otzate) que me empezaba a describir el blasón …. Que si la flor de lis, que si el Bafomet, que si …….
Posteriormente volveríamos cinco o seis veces más a Otzate, todas de noche e hicimos muchísimas psicofonías.
Sólo en una sonaba claramente una especie de campana, pero contrastando los minutos de la grabación con la hora real, no era posible que sonase ninguna campanada (horaria) porque no coincidía para nada.
Será con la hipnosis de una persona cuando realmente descubramos lo que había en la famosa psicofonía de ¡¡¡¡¡FUERA!!!!!.
Continuará ………
EL INICIO EN LA INVESTIGACIÓN PSICOFÓNICA
Corría el año 1989 cuando por el canal 10 (27075 MHz) de la Banda Ciudadana, se empezaba a cocinar el hablar de todos estos temas “paranormales”.
Tendría que hacer memoria y seguro que me dejaría a mucha gente en el tintero, pero como éramos varios los santurtziarras que modulábamos en dicho canal, empezamos a movernos en la primavera del año 1989.
El cabecilla era Juan Carlos (Aixerrota) dado que trabajaba por las noches recorriendo Santurtzi en su camión y acababa la faena sobre las 4 de la madrugada.
Tenía también un compañero de trabajo (Javi, de QRZ Boa) que también se apuntaba a un bombardeo y lo acabamos de rematar con Rafa (Garras), que dada nuestra juventud, no nos asustaba nada.
Una noche al acabar Juan Carlos y su compañero Javi de currar, nos acercamos hasta Kabiezes Rafa y yo, con la intención de hacer nuestra primera psicofonía.
El Camposanto estaba muy cerca y decidimos que ahí era un buen sitio para iniciarnos en el tema psicotónico.
Cumplimos las normas para hacer una psicofonía, que era usar una cinta de cassette virgen solo por una de sus caras, un magnetófono grabador y un micrófono exterior con el cable bien largo, para que no grabe el arrastre del mecanismo del magnetófono.
¿Dónde ubicamos el grabador? Javi que era un echao pa lante, saltó una pequeña tapia, puso el magnetófono encima de un panteón e inició la psicofonía con una pregunta a los moradores del Más Allá.
Calculamos más o menos la media hora que duraba la cara del cassette y Javi volvió a por todos los trastos.
Para escuchar la grabación la teníamos que reproducir en el radio-cassette del camión y como era de esperar no salió nada de nada raro, salvo algún ladrido que otro de perro en la lejanía.
Teníamos otra cinta virgen y decimos hacer otra psicofonía, pero esta vez en la misma reja de entrada del Camposanto.
Volvimos a cumplir las normas y dejamos otra media hora de grabación.
A la hora de escuchar lo grabado, más de lo mismo, todos al camión a ver que se oía.
Llevábamos el mismo camino de antes y zassssssss, apareció algo.
Después de escucharlo más de veinte veces con la calidad de un radio-cassette de los años 80, creímos oír todos, HOLA.
La primera vez que hacíamos una psicofonía y al segundo intento …….. toma ya.
Nos fuimos para casa en torno a las 6 de la madrugada y yo me llevé la cinta de cassette para escucharla en casa detenidamente en mi equipo de música.
Con los auriculares puestos se me pusieron los pelos de punta, era tan distinto el escuchar la psicofonía en mi casa, que parecía que era otra grabación.
Lo malo era lo que decía en un tono algo amenazador, FUERA.
Esa frase se estuvo escuchando por el canal 10 durante semanas y esto era solo el comienzo de una larga pesadilla, al menos para mí.
Seguimos con la historia .....................
Como bien digo anteriormente dejamos un poco aparcadas las psicofonías, pero la primera ya estaba hecha y era emitida muy frecuentemente por mi emisora de radio-aficionado a las ondas hertzianas.
Al principio fue para pedir la opinión de los radio-escuchas, para saber qué es lo que ellos escuchaban en esa psicofonía.
Pero no fue hasta muchos meses después, cuando asocié cosas negativas con la escucha de dicha psicofonía.
Yo en casa solo tenía una pequeña antena de radio-aficionado en la ventana de mi habitación, la cual solo me permitía escuchar, ya que vivía en un barrio alejado del centro urbano y con muy mala cobertura con dicha antena.
Por lo que por regla general, yo me subía a modular al monte Serantes (en Santurtzi), bien a la zona baja (la curva de encima del Bullón), a la zona media (zona de Las Cárceles) o a la zona alta. (zona del fuerte o subía hasta el repetidor)
Una de mis primeras incidencias fue el tener la rueda delantera derecha y la rueda trasera izquierda de mi coche pinchadas a la vez.
Subí hasta Las Cárceles sin ninguna novedad y allí estuve cerca de tres horas en solitario.
Fue al arrancar para bajar al pueblo (serían las 3 de la madrugada) cuando al andar los primeros metros me di de cuenta del percal.
Puse la mía de repuesto y subió el amigo José Ángel (Fura) a dejarme la rueda de repuesto de su coche.
Lo más curioso fue al otro día al llevar las ruedas al taller, estaban solo deshinchadas y no pinchadas.
Os puedo asegurar que en pleno monte no había nadie y menos que me deshinchara las ruedas conmigo en el coche y con la ventanilla abierta todo el rato.
Otra vez se me cayó el motor del coche (literalmente) y se quedo sujeto por la barra de la palanca de cambios.
El puente que sujeta el motor (que es lo que se soltó) llevaba cuatro tornillos gordos delante y otros cuatro tornillos gordos detrás.
Pero lo más llamativo es que esos tornillos llevaban todos unas chapas de seguridad remachadas contra una cara del tornillo, precisamente para que estos no se aflojen.
Para quitar esos tornillos habría que enderezar las chapas y así poder meter una llave en la cabeza del tornillo, pero las chapas estaban todas en su sitio y los ocho tornillos sueltos.
Y no digo flojos, sino todos los tornillos sueltos del todo y el puente suelto.
El mecánico no pudo darle explicación a esta avería y yo tampoco.
Pero la más gorda sucedió la noche del 24 de Junio del año 1990, noche en la que teníamos y participábamos en la Alerta OVNI.
En mi coche estábamos cubriendo la Alerta desde el monte Punta Lucero (Zierbena) el amigo Juan Ángel (QRZ: Victoria) y yo.
Subimos en torno a las 8 de la tarde, provistos de bokatas, agua, prismáticos y aparte de la emisora de 27 Mhz, teníamos un walkie talkie de 2 metros.
Para los no entendidos no es un walkie talkie enorme, sino un walkie talkie de la banda de 144 Mhz, conocida por 2 metros.
Subimos y aparcamos junto a los cañones de la antigua batería costera, casi en el vértice geodésico del monte, vamos, que no se podía llegar más allá con un coche.
Todo transcendió sin el más mínimo problema hasta más o menos las 4 de la madrugada.
Desde donde estábamos podíamos ver un tramo de la carretera de acceso al monte y sobre esa hora vimos los faros de un coche que subían hacia arriba.
No le dimos más importancia, ya que eran cientos de personas los que estábamos conectados a través de las emisoras y muchos sabían de nuestra presencia en dicho monte.
El caso es que 20 minutos más tarde empezamos a oír voces y movimientos a unos 200 metros de donde nosotros estábamos.
No acercamos sigilosamente y comprobamos que un Ford Fiesta estaba intentando subir la pendiente de hierba que daba acceso al alto del monte.
Pero con el rocío de la noche el coche patinaba y les era imposible subir, pero había gente empujando el culo del coche y aún así no pudieron avanzar.
Lo que nos dejó blancos es que tenían una escopeta recortada y parecía que habían robado el coche.
En seguida dimos la alerta por la emisora, pero estábamos a unos 5 kilómetros del barrio de La Cuesta (en Zierbena) y era una carretera (más bien pista) totalmente llena de piedras y en muy mal estado.
Hubo gente que desde casa avisó a la Ertzaintza y en nuestra desesperación (escuchando por el talkie a la Ertzaintza) de que las autoridades no sabían ni como se accedía al monte, tuvimos que hablar por el talkie directamente con la Ertzaintza con el consiguiente asombro de ésta.
Como os podéis imaginar, escondí la emisora, quité la antena, cerré el coche y Juan Ángel y yo no alejamos del coche solo con el talkie en la mano.
Vigilando en todo momento los movimientos de los "visitantes", no vaya a ser que les diera por subir andando los aproximadamente 100 metros que les separaban de nosotros.
Al final se metieron el su coche y se largaron por donde habían venido, regresando nosotros nuevamente al coche y dando la noticia a los demás radio-aficionados.
Al final subió la Guardia Civil aproximadamente hora y media después de haber dado el primer aviso telefónico, nos dijeron que no les habían cogido, pero que habían encontrado el coche el El Calero (un paraje enclavado entre Santurtzi y Zierbena).
Por aquí habían tirado algo los "visitantes" y debía de tener que ver con algún robo, así que os podéis imaginar a lo que estuvimos expuestos esa noche.
Por supuesto que ese noche habíamos puesto la psicofonía un montón de veces y como os digo al final era ir atando cabos ........... cada vez que reproducía esa psicofonía desde el auto-radio de mi coche y lo emitía a través de la emisora, pasaba algo malo.
2º CAPITULO
Era Eduardo, conocido en la radio-afición por el QRZ de Comando.
Juan Carlos ya le conocía anteriormente y me había hablado mucho de él, pero vivíamos en el mismo barrio y justo me quedé unos meses en el paro, por lo que las investigaciones “paranormales” en todos los sentidos eran diarias.
Eduardo se apuntaba a un bombardeo, lo mismo le daba ir al Páramo de Masa, qué a Otzate ó al fin del mundo si era necesario.
Pero lo más importante, me enseñó a hipnotizar y a consecuencia de ello descubrimos muchas cosas.
Con Eduardo tuve el famoso avistamiento OVNI del Páramo de Masa, con él estuve la primera vez en Otzate (que nos costó Dios y ayuda encontrarlo) y en la ermita que está encima de Otzate.
Era increíble como controlaba de todo el tío, sobre todo del mundo Templario.
Aún recuerdo en la ermita de Borgondo (encima del pueblo de Otzate) que me empezaba a describir el blasón …. Que si la flor de lis, que si el Bafomet, que si …….
Posteriormente volveríamos cinco o seis veces más a Otzate, todas de noche e hicimos muchísimas psicofonías.
Sólo en una sonaba claramente una especie de campana, pero contrastando los minutos de la grabación con la hora real, no era posible que sonase ninguna campanada (horaria) porque no coincidía para nada.
Será con la hipnosis de una persona cuando realmente descubramos lo que había en la famosa psicofonía de ¡¡¡¡¡FUERA!!!!!.
Continuará ………